En la primera leída no le vi mucho chiste, pero al releerlo por segunda vez el comic más reciente de Cectic le dio a uno de mis puntos sensibles y en verdad me conmovió.
Y es que me recordó a una de las preguntas más duras a las que los no-creyentes nos enfrentamos. Cuando ese momento llega, cuando perdemos a un ser querido, ¿qué nos queda? ¿quién nos va a dar consuelo o esperanza? ¿en qué o quién nos podemos aferrar?
La respuesta la tenemos aquí: la gente. No hay necesidad de buscar nada “allá arriba”, nos tenemos unos a otros, como amigos, como familia, como humanidad.
2 comentarios:
Así es reit. Preferiría mil veces el abrazo de un amigo que la indiferencia divina.
Me impresiona como dice "muchos te amaron como yo te ame", creo que al menos para mi es cierto. Nunca tuve experiencias realmente malas con la religion, no personalmente, mas bien fue al contrario. Claro que tampoco es que haya tenido malas experiencias con los unicornios rosa.
Con respecto al ser querido, creo que (aunque suene trillado) siempre queda su memoria, e intentar ser felices como esa persona hubiera querido, y como yo querria que ocurriera cuando yo me vaya.
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